Se acerca el inicio oficial del verano en el hemisferio norte de nuestro querido planeta. Y con él llegarán el calor, y, para muchos de nosotros, la posibilidad de disfrutar unos días de descanso que nos permitan recuperarnos del ajetreo diario al que nos vemos sometidos el resto del año. Aunque, por supuesto, hay otras opciones también interesantes, las zonas de costa suelen ser una elección apetecible para alejarnos de la rutina, y, cómo no, para practicar la fotografía.
El mar es un elemento vertebrador fantástico en una imagen, y, además, nos da mucho juego. Todas las playas, puertos y calas son diferentes, por lo que, si somos capaces de capturar aquello que los hace distintos, conseguiremos reforzar la intensidad narrativa de nuestras instantáneas. Aunque hemos preparado este post con la mirada puesta en las fotografías tomadas en una playa, muchos de los consejos que os proponemos también os resultarán útiles al disparar en otras zonas del litoral. Vamos con ellos.
1. Elige la hora «dulce»
Este es un consejo recurrente en otros tipos de fotografía, pero al disparar en la playa, sobre todo en pleno verano, adquiere una dimensión especial. Y es que la luz que encontraremos durante el mediodía o las primeras horas de la tarde es muy diferente de la luz del amanecer o el atardecer. Si tomamos nuestras fotografías a primera hora de la mañana o última de la tarde recrearemos una atmósfera muy especial. Pero esto no es todo. Además, la cantidad de personas que nos rodearán será muy inferior, por lo que tendremos un margen de maniobra mucho mayor a la hora de trabajar la composición de nuestra instantánea. A menos, por supuesto, que queramos capturar expresamente una playa atiborrada de bañistas.
2. El horizonte: la clave de la composición
Si accedemos a un servicio de almacenamiento on-line de fotografías y buscamos imágenes tomadas en las playas comprobaremos que la mayor parte de ellas tienen un elemento en común: el horizonte. Si decidimos incluirlo en nuestras instantáneas es una buena idea tener presentes los principios de composición de los que hemos hablado en otros artículos, como la regla de los tercios o la semántica de la línea (por eso de que el horizonte es una línea). Sin embargo, nuestro consejo es que no os dejéis condicionar. Tened los principios de composición en mente, pero experimentad y transgredirlos cuando lo creáis necesario.
3. Plantéate prescindir del agua
Es evidente que el agua juega un rol importante en las fotografías que tomamos en las playas, pero no es imprescindible. En realidad, ningún elemento lo es. Por esta razón, no temas prescindir de ella o darle una presencia casi anecdótica en beneficio de otro elemento de la composición o del sujeto protagonista. Es posible que tu fotografía adquiera más carácter.
La imagen que os dejo debajo de estas líneas desobedece varios de los principios que habitualmente damos como válidos, como la regla de los tercios. Y, además, lo hace por duplicado. Pero, aun así, tiene «personalidad».
4. Recurre al trípode y el horquillado
Si disparamos en una playa durante un día muy soleado en automático es probable que nuestra cámara subexponga debido a la abundancia de luz en el momento en el que ha realizado la medición. Por esta razón, es preferible definir la exposición de forma manual, aunque hay otras opciones bastante asequibles. En este escenario es una buena idea recurrir al horquillado (bracketing), si vuestra cámara lo contempla, porque, de esta forma, tomará automáticamente varias imágenes alterando la exposición. Algunas estarán subexpuestas, otras sobreexpuestas, y una de ellas tendrá la exposición correcta. Eso sí, no olvidéis llevaros vuestro trípode a la playa para evitar que el encuadre difiera, aunque sea mínimamente, entre unas fotografías y otras.
5. La medición puntual te puede ayudar
Una de las razones por la que muchas fotografías tomadas en las playas se van «al garete» tiene que ver con la medición de la luz. La abundante luminosidad ambiental que suele haber en las horas centrales del día puede provocar que la cámara exponga mal las zonas más oscuras, en las que a veces está ubicado el sujeto principal, que queda subexpuesto. Por esta razón, puede ser una buena idea decantarse por la medición puntual en la zona de la imagen que queremos que quede correctamente expuesta, aun asumiendo la posibilidad de que las regiones más iluminadas puedan quedar sobreexpuestas. Afortunadamente, si disparamos en RAW tendremos bastante margen de maniobra durante el revelado digital.
6. No te olvides del flash de relleno
Si vas a hacer un retrato a alguien a contraluz, o bien te resulta difícil sortear las sombras de los objetos del entorno al proyectarse sobre el sujeto principal, como las sombrillas, usa el flash. Conseguirás equilibrar la luz en todas las regiones de la escena y el sujeto principal quedará mejor iluminado.
7. Usa los filtros UV y de polarización
Sé que muchos usuarios, entre los que me incluyo, preferimos prescindir de los filtros UV, pero en este contexto pueden ayudarnos a proteger la lente externa de nuestro objetivo de la acción abrasiva de la arena de la playa. En estas circunstancias me parece interesante no descartar su uso, por prudencia. Eso sí, los filtros de polarización, los buenos, sí tienen un claro interés práctico: nos ayudan a eliminar los reflejos no deseados y a mejorar el contraste. Y en este escenario de uso pueden marcar la diferencia.
Fuente: XatakaFoto