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Siete consejos que te permitirán mejorar la calidad de tus fotografías en la playa


Se acerca el inicio oficial del verano en el hemisferio norte de nuestro querido planeta. Y con él llegarán el calor, y, para muchos de nosotros, la posibilidad de disfrutar unos días de descanso que nos permitan recuperarnos del ajetreo diario al que nos vemos sometidos el resto del año. Aunque, por supuesto, hay otras opciones también interesantes, las zonas de costa suelen ser una elección apetecible para alejarnos de la rutina, y, cómo no, para practicar la fotografía. 

El mar es un elemento vertebrador fantástico en una imagen, y, además, nos da mucho juego. Todas las playas, puertos y calas son diferentes, por lo que, si somos capaces de capturar aquello que los hace distintos, conseguiremos reforzar la intensidad narrativa de nuestras instantáneas. Aunque hemos preparado este post con la mirada puesta en las fotografías tomadas en una playa, muchos de los consejos que os proponemos también os resultarán útiles al disparar en otras zonas del litoral. Vamos con ellos. 

1. Elige la hora «dulce» 

Este es un consejo recurrente en otros tipos de fotografía, pero al disparar en la playa, sobre todo en pleno verano, adquiere una dimensión especial. Y es que la luz que encontraremos durante el mediodía o las primeras horas de la tarde es muy diferente de la luz del amanecer o el atardecer. Si tomamos nuestras fotografías a primera hora de la mañana o última de la tarde recrearemos una atmósfera muy especial. Pero esto no es todo. Además, la cantidad de personas que nos rodearán será muy inferior, por lo que tendremos un margen de maniobra mucho mayor a la hora de trabajar la composición de nuestra instantánea. A menos, por supuesto, que queramos capturar expresamente una playa atiborrada de bañistas. 



2. El horizonte: la clave de la composición 

Si accedemos a un servicio de almacenamiento on-line de fotografías y buscamos imágenes tomadas en las playas comprobaremos que la mayor parte de ellas tienen un elemento en común: el horizonte. Si decidimos incluirlo en nuestras instantáneas es una buena idea tener presentes los principios de composición de los que hemos hablado en otros artículos, como la regla de los tercios o la semántica de la línea (por eso de que el horizonte es una línea). Sin embargo, nuestro consejo es que no os dejéis condicionar. Tened los principios de composición en mente, pero experimentad y transgredirlos cuando lo creáis necesario. 



3. Plantéate prescindir del agua 

Es evidente que el agua juega un rol importante en las fotografías que tomamos en las playas, pero no es imprescindible. En realidad, ningún elemento lo es. Por esta razón, no temas prescindir de ella o darle una presencia casi anecdótica en beneficio de otro elemento de la composición o del sujeto protagonista. Es posible que tu fotografía adquiera más carácter. La imagen que os dejo debajo de estas líneas desobedece varios de los principios que habitualmente damos como válidos, como la regla de los tercios. Y, además, lo hace por duplicado. Pero, aun así, tiene «personalidad». 




4. Recurre al trípode y el horquillado 

Si disparamos en una playa durante un día muy soleado en automático es probable que nuestra cámara subexponga debido a la abundancia de luz en el momento en el que ha realizado la medición. Por esta razón, es preferible definir la exposición de forma manual, aunque hay otras opciones bastante asequibles. En este escenario es una buena idea recurrir al horquillado (bracketing), si vuestra cámara lo contempla, porque, de esta forma, tomará automáticamente varias imágenes alterando la exposición. Algunas estarán subexpuestas, otras sobreexpuestas, y una de ellas tendrá la exposición correcta. Eso sí, no olvidéis llevaros vuestro trípode a la playa para evitar que el encuadre difiera, aunque sea mínimamente, entre unas fotografías y otras. 




5. La medición puntual te puede ayudar 

Una de las razones por la que muchas fotografías tomadas en las playas se van «al garete» tiene que ver con la medición de la luz. La abundante luminosidad ambiental que suele haber en las horas centrales del día puede provocar que la cámara exponga mal las zonas más oscuras, en las que a veces está ubicado el sujeto principal, que queda subexpuesto. Por esta razón, puede ser una buena idea decantarse por la medición puntual en la zona de la imagen que queremos que quede correctamente expuesta, aun asumiendo la posibilidad de que las regiones más iluminadas puedan quedar sobreexpuestas. Afortunadamente, si disparamos en RAW tendremos bastante margen de maniobra durante el revelado digital. 



6. No te olvides del flash de relleno 

Si vas a hacer un retrato a alguien a contraluz, o bien te resulta difícil sortear las sombras de los objetos del entorno al proyectarse sobre el sujeto principal, como las sombrillas, usa el flash. Conseguirás equilibrar la luz en todas las regiones de la escena y el sujeto principal quedará mejor iluminado. 




7. Usa los filtros UV y de polarización 

Sé que muchos usuarios, entre los que me incluyo, preferimos prescindir de los filtros UV, pero en este contexto pueden ayudarnos a proteger la lente externa de nuestro objetivo de la acción abrasiva de la arena de la playa. En estas circunstancias me parece interesante no descartar su uso, por prudencia. Eso sí, los filtros de polarización, los buenos, sí tienen un claro interés práctico: nos ayudan a eliminar los reflejos no deseados y a mejorar el contraste. Y en este escenario de uso pueden marcar la diferencia.



Fuente: XatakaFoto

CÓMO CAPTURAR FOTOGRAFÍAS CON ALTO CONTRASTE DE LUZ


Fotografías cortesía de: Thomas8047, Jason Rogers, Zuerichs Strassen, Melu Rogi, bajo licencia de Creative Commons.

¿Cuántas veces has salido exultante de energía en un maravilloso día soleado, cámara en mano, decidido a fotografiar todo lo que te rodea, pensando que no has podido encontrar mejor día, con un cielo más azul y un sol más brillante allá en lo alto… y ha resultado el día que peores imágenes has conseguido?

Sí, muy frustrante, con lo agradable que es caminar bajo el sol radiante, sobretodo en invierno, haciéndonos sentir la primavera… Pues lo cierto es que cuanto más sol, cuanto más alto esté en el cielo, cuanta más dura sea la luz que proyecta, más contraste tendrás entre luces y sombras y como fotógrafo, se te presenta una de las escenas más difíciles de fotografiar: las de alto contraste.

¿Qué es el contraste?

Aunque hay muchos tipos de contraste, el contraste de color, el de formas, incluso el de significado, hoy nos referimos a la diferencia existente entre la zona de luces y la zona de sombras en una imagen. Decimos que una imagen tiene mucho contraste, cuando la diferencia existente entre luces y sombras es alta, es decir, tenemos luces y sombras duras en una misma imagen.

Por el contrario, una imagen de poco contraste es aquella donde hay poca diferencia entre luces y sombras, bien porque los colores dominantes no contrastan, o bien porque la luz es más suave.



¿Cómo resuelvo una escena de alto contraste?

No todas las escenas de alto contraste significan que vas a tener un día fotográficamente nefasto Como todo, es cuestión de sacarle partido tanto a tu equipo, como al escenario, como, y sobretodo, a tu buen ojo fotográfico.

Asume las limitaciones de la cámara

La fotografía es tan visual, que es muy difícil sustraerse a lo que percibimos a través de nuestros ojos. Por eso nos cuesta aprender a “ver en blanco y negro” o ser conscientes de las situaciones a las que nuestro mirada llega pero nuestro equipo es incapaz de llegar.

Por ejemplo, el ojo humano posee un rango dinámico (la capacidad de obtener detalle en luces y en sombras) muchísimo mayor que el de cualquier equipo fotográfico.

Es decir, lo que para nosotros es una escena fácilmente entendible, para una cámara de fotos con un rango dinámico mucho menor, suele significar zonas quemadas o subexpuestas ya que no es capaz de llegar correctamente a ambos extremos. Frecuentemente hay que renunciar a uno de los extremos para centrarnos en el otro; lo que llamamos “sacrificar” las luces o las sombras.

Para que te hagas una idea, el rango dinámico aproximado de una cámara es de 7 pasos entre las luces y las sombras. Ese es el intervalo en que podrá ofrecerte información detallada y correcta de la escena.

Olvídate del automático…

 …Y de las versiones pre-programadas de la cámara (tipo el símbolo del sol o de playa, etcétera). En este tipo de escenas, la cámara no va a tomar buenas decisiones, y nadie mejor que tú para tomar el relevo

Lo mejor es que la configures en manual y que hagas las mediciones y pruebas oportunas intentando obtener el mayor rango dinámico o información posible dentro de la escena.

Dónde medir 

Evidentemente dependerá de los resultados que quieras obtener, pero la forma genérica de hacer la medición para obtener la mayor cantidad de información tonal es en la zona más clara de la imagen.

El modo de medición más recomendado es el puntual, ya que así te asegurarás de obtener la información lumínica del lugar que tú le señales y no de un promedio que pueda realizar tu cámara.



Cómo exponer

Una vez hayas medido en la zona más clara de la imagen, deberás exponer para que esa zona que has escogido, se sitúe en la zona más extrema de las luces pero sin llegar a sobreexponerse.

Es decir, mirando un histograma, esa zona de luces debería situarse en la zona derecha de éste, pero sin llegar a salirse, ya que en este caso significaría que estás perdiendo información y que, por lo tanto, no estás consiguiendo el mayor rango dinámico posible de la imagen.

Disparar en RAW 

Si el RAW suele ser recomendable en infinidad de ocasiones, esta no podía ser menos. Puesto que hablamos de intentar conservar la mayor cantidad posible de información de luces y sombras, habrás oído que los archivos en RAW son aquellos que conservan mayor cantidad de información. Esto va a serte muy útil en situaciones de luz difícil ya que, aunque si bien no salvará una imagen mal expuesta, sí puede ayudarte mucho a acabar de mejorar las luces y las sombras en el post-procesado.

Comprueba el histograma 

El histograma debería ser uno de tus grandes aliados fotográficos. En situaciones en que la luz es difícil, como las de alto contraste, lo ideal es que compruebes el histograma después de realizar una fotografía de prueba y que a través de él, hagas los ajustes de exposición correspondientes hasta obtener el mejor resultado.

Algunos “clásicos” del alto contraste

Los mediodías soleados: Luz cenital, dura, sombras y luces por doquier, seguro que sabes de lo que hablo.

Escapada a la nieve: El blanco de la nieve es un gran escenario que va a volver loco a tu fotómetro, así que presta atención a tu histograma y no te dejes engañar. Normalmente te obligará a sobreexponer un par de puntos.

…O a la playa: Aunque siempre depende del tipo de día (nublado o soleado) o de la hora del día (ya sabes que no es lo mismo un amanecer que el sol a las 15h), la arena refleja la luz de forma similar a la nieve, por lo que puede fácilmente requerir que sobreexpongas un poco.

Material indispensable

O por lo menos agradecerás tenerlo a mano

Parasol

Ya lo conoces, si quieres evitar entradas indeseadas de luz en tu óptica tales como flares u otros reflejos, no te olvides el parasol en casa.

Flash

Una buena forma de combatir las escenas de alto contraste es el flash. Si estás realizando retratos a pleno sol, eliminará sombras indeseadas, y te permitirá jugar con la exposición del fondo (por ejemplo oscureciendo la escena si está demasiado clara o viceversa).

Filtro de degradado

Se utiliza mucho en paisajes para compensar por ejemplo el paso de cielos claros a zonas más oscuras. Este filtro está dividido en dos mitades; una que resta luz de forma progresiva o graduada hacia la otra mitad que mantiene la luz original ya que es completamente transparente.

Una carta de gris 

Son muy económicas y efectivas a la hora de ayudarte a medir la luz de escenas complicadas. Básicamente es una superficie de color gris neutro, que permite medir sobre ella para lograr una exposición correcta (ni superficies brillantes y blancas ni superficies demasiado oscuras engañarán así a tu fotómetro).

El HDR

El HDR permite a través de la toma de varias exposiciones de una imagen, obtener toda la información de luces y sombras. El sistema habitual suele ser tomar una fotografía subexponiendo un punto, otra exponiendo “correctamente” y la otra sobreexponiendo un punto (aunque pude hacerse de varios modos).

A través de la unión de las diferentes exposiciones, seremos capaces de obtener una imagen con “la suma” de toda la información de luces y sombras recogidas.

Aquí tienes un artículo del blog sobre cómo realizar un HDR de forma sencilla y paso a paso a través de un programa de uso sencillo. Si decides crear un HDR por tu cuenta y riesgo con Photoshop, no olvides el trípode, para tener exactamente el mismo encuadre n todas las tomas.

Únete al “enemigo”

No todo va a ser la necesidad de esquivar o huir del contraste o de luces desafiantes. Las luces duras, las sombras, las siluetas, el contraste… Todo son efectos de estos tipos de luces que pueden regalarte grandes imágenes.



Y como siempre decimos, lo importante es practicar, sobretodo cuando el entorno nos presenta retos, que es casi siempre (por suerte). Ese entorno que nos reta y nos motiva a superarnos y ser mejores. No importa si necesitas 20 fotografías de lo mismo para conseguir tu imagen perfecta. No importa si tardas 2 horas o 2 días o 2 meses en entender un concepto. No te creas que eres el único , lo importante es aprender, al ritmo que nosotros mismos nos sintamos cómodos, que nos nos abrume y sobretodo, que no nos aburra. Cuanto más practiques, más resolverás hasta que no haya luz ni concepto que se te resista.


5 documentales de fotografía que no te puedes perder

Fotografía de Annie Leibovitz, perteneciente al reportaje Disney Dream Portrait. Fuente: Pictify 


Si te apasiona la fotografía, eres una persona inquieta y deseas ampliar tu visión del mundo 
fotográfico, aquí tienes 5 documentales de fotografía que te dejarán huella. 


Entre todas las especialidades que engloba la fotografía, algunas han demostrado su capacidad para influir en la cultura popular. Varias de ellas, como la fotografía callejera, el fotoperiodismo de guerra o la fotografía documental, son las protagonistas de los imprescindibles documentales de fotografía que os presento a continuación: 



La muerte de Kevin Carter 






Kevin Carter fue un reportero gráfico de origen sudafricano que comenzó su carrera fotografiando la difícil realidad de su país durante los años 80. Durante un viaje a Sudán con las Naciones Unidas, el joven periodista realizó una de las fotografías documentales más recordadas de la historia: captó la instantánea de un bebe sudanés malnutrido y aparentemente abandonado en el suelo, junto a un buitre. Una foto que le valió en 1993 el premio Pulitzer. A pesar de ello, la vida de Carter se hundió por completo: tras esta foto decidió cambiar el reporterismo por la fotografía de naturaleza y comenzó a recibir durísimas críticas de la opinión pública ante su supuesta indiferencia hacia el niño. Carter se quitó la vida un año más tarde al no poder soportar tanta presión. 

Los testimonios y vivencias de sus amigos y compañeros demostraron que Carter era una persona emocionalmente inestable, arrastraba diversos conflictos personales y la reacción ante su fotografía generó aún mayores problemas. La presión mediática fue determinante en su fatal desenlace. 


Es cierto que existe más de una teoría respecto a la situación que se vivió aquel 11 de marzo de 1993. El documental ofrece todas las claves de aquella instantánea que cambió para siempre su vida. ¿Qué ocurrió? ¿Estaba el niño realmente en peligro? 



The Many Lives of William Klein 




Es considerado como uno de los grandes de la fotografía callejera, pero también como un artista tremendamente polifacético. William Klein continúa disparando a sus 87 años y lleva su inseparable cámara siempre a su lado, una Leica que compró al reconocido Henri Cartier-Bresson. Fotógrafo y cineasta, fue el mejor retratista de la vida social neoyorquina durante el siglo XX, aunque desarrolló la mayor parte de su carrera en Francia. Además, realizó más de veinte películas y documentales, entre los que destaca el primer reportaje audiovisual sobre el mítico boxeador Muhammad Alí. 


Klein protagoniza un documental en el que desnuda su forma de entender la disciplina, recuerda sus mejores momentos y muestra las ideas que continúa aportando al mundo de la fotografía. Como curiosidad, la revista Vogue jamás publicó su trabajo, ya que lo consideraban grotesco y sin cabida entre sus páginas. The Many Lives of William Klein puede considerarse la biografía audiovisual del genial fotógrafo. 



No me llames fotógrafo de guerra 




El fotoperiodismo español goza en la actualidad de una gran reputación alrededor del mundo. Muchos conflictos bélicos han sido documentados por reporteros gráficos españoles, entre los que destaca el joven Samuel Aranda, ganador del World Press Photo en su edición de 2011.



Es un documental protagonizado por varios fotógrafos españoles con experiencia en zonas de conflicto, especialmente Irak, Libia y Afganistán. Samuel Aranda, Manu Brabo o Moisés Saman, entre otros, relatan sus experiencias en frentes de guerra, las dificultades que plantean este tipo de escenarios y su repercusión psicológica sobre los fotógrafos. Además, se describe con precisión el camino que sigue una foto desde el instante en que se toma hasta el momento de su publicación en un medio de comunicación: los elementos que influyen a la hora de elegir o desechar una foto, porqué una imagen transmite más que otras y los intereses mediáticos y económicos que, en muchas ocasiones, priman sobre la información. No me llames fotógrafo de guerra es la confesión de los miedos y esperanzas de estos fotorreporteros. 



Annie Leibovitz, una vida a través de la cámara 




La estadounidense Annie Leibovitz tiene el honor de ser la fotógrafa mejor pagada del mundo. Especializada en la fotografía documental de celebrities, ha trabajado en las más prestigiosas revistas del género: Vanity Fair, Vogue, Elle… Leibovitz ha compartido estudio con grandes figuras de nuestro tiempo, entre las que destacan la reina Isabel II, Nelson Mandela, la actriz Meryl Streep, o el Beatle John Lennon, al que realizó su última foto en vida. 



A pesar de desarrollar la mayor parte de su trabajo con grandes estrellas –llegó a documentar la gira americana de los Rolling Stones en 1975- Leibovitz también ha experimentado con la fotografía publicitaria y de paisajes. Ha dirigido destacadas campañas (Walt Disney, American Express, Fifa World Cup…), dejando su sello en cada una de ellas. El siguiente documental, realizado en 1993 y dirigido por su hermana Barbara, es un recopilatorio de sus trabajos, una verdadera introspección y una inmersión en la cultura popular que logró crear con sus fotografías. 



Everybody Street 




Los aficionados a la fotografía callejera no podéis obviar este documental sobre la disciplina de la Street Photography. Su argumento es muy claro: mostrar la ciudad de Nueva York a través de la visión de los grandes fotógrafos de la historia. 



La urbe norteamericana es seguramente uno de las ciudades más interesantes para hacer este tipo de trabajos. Un lugar que ha inspirado durante décadas a cientos de fotógrafos ávidos de captar momentos inigualables y únicos, simplemente paseando por sus interminables calles. Así, con éste documental como escaparate ideal de la ciudad, se hace una auténtica exploración cinematográfica de la Gran Manzana con la fotografía como protagonista. Un documento gráfico que puede ayudar a comprender mejor la naturaleza de éste tipo de arte y transmitir las sensaciones que se experimentan al captar las fotos. 



Además, se realizan numerosas entrevistas, algunas de ellas a importantes personalidades de la fotografía. Es el caso de Bruce Davidson o Bruce Gilden, miembros históricos de la agencia Magnum, que lograron retratar a personajes de las calles neoyorquinas y sus detalles cotidianos. Otros, en cambio, se decantan por la fotografía de la escena musical, como Rick Powell, o el serbio Vladimir Milivojevich, que se centra en el mundo de los drogadictos y pandilleros. Todos ellos lograron captar momentos, escenas y situaciones únicas e irrepetibles.



FUENTE
HiperTextual

Sony World Photography Awards 2015: ganadores



Ya conocemos los ganadores de los premios anuales de fotografía de Sony. Y, un año más, nos han deparado sorpresas agradables no solo por la elevada calidad de las fotografías premiadas, sino también debido a que un fotógrafo español se encuentra entre los galardonados. 

Las fotografías premiadas en los Sony World Photography Awards 2015 serán expuestas en la Somerset House de Londres del 24 de abril al 10 de mayo, y para conocer al ganador del concurso abierto tendremos que esperar a la ceremonia de gala que se celebrará el próximo 23 de abril. Afortunadamente, mientras tanto podemos disfrutar las instantáneas que ya han sido seleccionadas. Vamos con ellas. 

Una categoría con «sabor español» 

Jaime Massieu Marcos no es un fotógrafo profesional. Y, a pesar de ello, ha conseguido imponerse a unos 80.000 fotógrafos de todo el planeta para alzarse con el galardón en la categoría «Fracción de segundo» de los premios fotográficos de Sony. Para capturar su espectacular Animación suspendida, que es como ha bautizado su fotografía, utilizó un objetivo con zoom 70-200 mm que, de forma improvisada, le pidió a un conocido. A partir de ahí la inspiración, y esa pizca de fortuna que siempre ayuda, hicieron de las suyas. No está nada mal para alguien que nunca había practicado fotografía de deportes. 

Jaime Massieu Marcos, España. Ganador de la categoría Fracción de segundo. Sony World Photography Awards 2015 

Y ahora... las 15 categorías restantes 

Como pueden ver si le dedican unos minutos a las fotografías que tienen debajo de este párrafo, el nivel de esta edición es muy alto. Por supuesto, no todas las instantáneas tienen la misma fuerza, o idéntica carga dramática, pero hay unas cuantas que derrochan pasión por la fotografía y una técnica bien asimilada. Juzguen ustedes mismos. 

Armin Appel, Alemania. Ganador de la categoría Arquitectura. Sony World Photography Awards 2015 

Héctor Muñoz Huerta, México. Ganador de la categoría Arte y cultura. Sony World Photography Awards 2015 

Antony Crossfield, Reino Unido. Ganador de la categoría Mejorada. Sony World Photography Awards 2015 

Nick Ng Yeow Kee, Malasia. Ganador de la categoría Poca luz. Sony World Photography Awards 2015 

Antoine Weis, Suiza/Luxemburgo. Ganador de la categoría Naturaleza y vida salvaje. Sony World Photography Awards 2015 

Norman Quinn, Reino Unido. Ganador de la categoría Panorámica. Sony World Photography Awards 2015 

Saleh Rozati, Irán (con residencia en Austria). Ganador de la categoría Gente. Sony World Photography Awards 2015 

Wilson Lee, Hong Kong. Ganador de la categoría Sonrisa. Sony World Photography Awards 2015 

Yasen Georgiev, Bulgaria. Ganador de la categoría Viajes. Sony World Photography Awards 2015 

Beatriz Mota da Rocha, Portugal (15 años). Ganadora de la categoría Cultura. Sony World Photography Awards 2015 

Yong Lin Tan, Malasia (19 años). Ganador de la categoría Medio ambiente. Sony World Photography Awards 2015 

Stephanie Anjo, Reino Unido (14 años). Ganadora de la categoría Retratos. Sony World Photography Awards 2015 

Turi Calafato, Italia. Primer puesto en el concurso de teléfono móvil. Sony World Photography Awards 2015 

Janos M. Schmidt, Hungría. Segundo puesto en el concurso de teléfono móvil. Sony World Photography Awards 2015 

Ako Salemi, Irán. Tercer puesto en el concurso de teléfono móvil. Sony World Photography Awards 2015 
FUENTE
Sitio oficial | World Photography Organisation 
En Xataka Foto | Sony World Photography Awards 2014: ganadores

La delgada línea ética que separa un fotoperiodista de un 'turista sucio'



Si le preguntamos a un fotoperiodista profesional o un fotógrafo documental cuál es el consejo que le daría a un amateur que quiere ser profesional, entre muchos otros seguro que encontramos uno esencial: viajar. Viajar enriquece la vista y el alma, nos ayuda a ser más humanos porque nos acerca a gente con perspectivas diferentes sobre la vida. Para un fotógrafo, viajar también enriquece y excita constantemente al ojo enseñándole rostros, vestimentas y paisajes que no ha visto nunca. A muchos de nosotros nos encantaría realizar un viaje a algún lugar remoto como India, Indochina o África para vivir en primera persona el contraste de cultura y poder fotografiar esa maravillosa experiencia. 

Sin embargo, existe una delgadísima línea en la ética profesional de un fotógrafo que debemos aprender a distinguir para no convertirnos en un 'turista sucio'. El 'turismo sucio' son aquellos viajes realizados a países desfavorecidos con el objetivo tiene retratar la pobreza y la miseria de países como Tailandia, Vietnam o Brasil. Este tipo de turismo es alimentado por aquellos fotógrafos aficionados que viajan para encontrar buenas imágenes pero que en su lugar encuentran la satisfacción de saber que no comparten la mala situación de aquellos a quienes retratan. 

La ética del fotógrafo documental 



La ética de un fotógrafo considero que es el aspecto más importante si queremos dedicarnos a la fotografía documental. No podemos limitarnos a retratar a la última tribu de bosquimanos en el sur de África si tan sólo queremos llegar, tomar unas fotos e irnos. Un buen fotógrafo debería tomarse su tiempo para hacer este tipo de trabajos, sumergirse en la cultura y las tradiciones de la tribu y llegar a ser uno más. Ser invisible. 

La historia de Edward Sheriff Curtis es la más apasionante que conozco cuando hablamos de fotógrafos con una ética inquebrantable. Este fotógrafo estadounidense vivió entre 1858 y 1952, y dedicó más de 30 años de su vida a documentar la vida de los nativos americanos. Entre muchos otros temas, Curtis pudo documentar los hábitos, costumbres, mitos y rituales con sumo respeto gracias a la creciente confianza que los nativos depositaron en él. Retrató la vida de muchísimas tribus como los Apache, los Cheyenne o los Commanche entre otras. 

Al convertirse en uno más, Curtis llegó a realizar rituales secretos, únicamente permitidos a los nativos americanos. Rituales extremos como uno en el que tras 17 días ayunando, se debe bailar al ritmo de los tambores con el cuerpo pintado, vestido con tan sólo un taparrabos y sosteniendo una serpiente de cascabel viva con la boca. Su ética le valió ser considerado probablemente el único 'nativo americano blanco' de la historia. 

El Gobierno Estadounidense apadrinó una extensa web compuesta por la magna obra del fotógrafo, compuesta por 20 volúmenes acompañados de sus respectivas fotografías. 

Jimmy Nelson, cuando la fotografía documental se convierte en espectáculo 

Justo en el otro extremo de la ética profesional de un fotógrafo documental encontramos a Jimmy Nelson. Conocí su figura hace un tiempo gracias a la colección 'Before They Pass Away', O Before They Pass Away By Jimmy Nelson editado en libro. Todo comienza el día que Jimmy Nelson encuentra la financiación para realizar un ambicioso proyecto: viajar por todos los rincones del mundo para retratar las tribus más amenazadas del planeta. Entre estas tribus encontramos los Gauchos argentinos, los Monjes tibetanos, o la tribu Banna originarios de Etiopía. 

Suponiendo que el objetivo de Jimmy era bienintencionado, la ética y la vía eran muy desafortunadas. Llevó consigo un espectacular equipo de fotografía compuesto por flashes, cámaras y accesorios de alta gama y si vemos el Making Of de la serie podemos ver cómo Jimmy no elabora un trabajo documental, sino que decide hacer posar a los indígenas o hacerles vestir máscaras y trajes reservadas a ceremonias sagradas. Todo por unas fotografías. 

Esta falta de ética tan abismal fue denunciada por Survival International, que además de demostrar que los retratos no eran veraces, denunciaron los graves conflictos y la delicadísima situación en los que muchas de estas tribus se ven involucradas, un tema que Jimmy ni siquiera ha mencionado en la colección. 

Conclusiones 

La emoción de viajar no debe llevarnos a tomar fotografías banales de los habitantes de un país para valorar nuestra buena situación. Lo mejor que podemos hacer es sumergirnos en una cultura que no es la nuestra, aprender a ser uno más y entonces nos ganaremos el derecho de fotografiar la miseria y la gloria de un país y sus habitantes de forma consciente de lo que estamos hablando. Las prisas nunca se han llevado bien con el trabajo bien hecho, por lo que apresurarnos o disponer de poco tiempo para viajar no es una buena opción si queremos ser buenos fotógrafos documentales.

Fuente: XatakaFoto
Foto | WikimediaCommonsWikipediaTransformer18 en Flickr (redimensionada)
Imagen | Arend Vermazeren

Gabriel García Márquez y la fotografía



Homenaje desde el punto de vista de la fotografía a Gabriel García Márquez, uno de los mejores autores de lengua castellana que nos abandonó después de darnos algunos de los mejores libros que podemos leer en estos tiempos.
Cien años de soledad es uno de los libros que más veces he leído, casi tanto como el Quijote, La regenta o Rayuela de Cortázar. Conozco a muy poca gente que no les guste el ritmo y las palabras del libro, y llegué a conocer a una persona que jamás se lo quiere terminar porque no puede imaginar su final. Es un libro tan rico en imágenes y matices que es muy difícil llevarlo al cine, pues fácilmente quedaría ridículo, pues es muy complicado narrar la historia sin caer en la exageración pueril y en la cursilería, algo que sólo el lenguaje de Gabo, como le llamaban los amigos, podía hacer con semejante historia. Las pruebas son las pocas películas que se han hecho a partir de sus libros y lo mal paradas que han salido. Lo triste es que a partir de hoy ya se estarán peleando por recrear un mundo que sólo puede existir en la imaginación del lector. Y todo a pesar del amor que le tenía al cine.

Su relación con la fotografía 

A pesar de su popularidad y del premio Nobel de Literatura que le entregaron en 1982, sobre todo por su libro inmortal, nunca le gustó el mundo de la imagen. Cuentan, y muchos lo hemos visto, que rehuía de las cámaras, fruto de una timidez exagerada que convertía en pura grosería. Nunca quería aparecer ni recibir más premios que le obligaran a dejar sus funciones y aficiones. No llegó a ser tan exagerado como Salinger, otro que odiaba a la cámara de fotos, pero no dudaba en taparse la cara o alzar el dedo corazón cuando algún imprudente se llevaba la cámara a los ojos delante de él.

Pero cuando le convencían, o estaba con sus amados amigos, posaba con todas las ganas del mundo, hasta con una primera edición del CADS (Cien años de soledad) como sombrero, y con una cara consciente de la carga que tenía encima por escribir semejante libro. Afortunadamente no se dejó consumir por él, como le pasó al autor de El guardián en el centeno.

Pero podemos conocer mejor su relación con nuestro mundo fotográfico gracias a las páginas de Cien años de soledad, que está lleno de referencias familiares que le contaron en los primeros años de su vida. Lo más curioso, que lo que denominan el Realismo mágico, era la vida de su familia, y que poco o nada hay inventado, tan sólo transfigurado por el lenguaje potente de un autor que se encerró durante un tiempo para lograr una de las cumbres de la cultura universal.

Cien años de soledad desde el punto de vista de la fotografía 

Hay muchas referencias en la novela a la fotografía, muy significativas, que explican la relación de Gabriel García Marquez con el arte de la luz. Vamos a verlas a continuación: 

El coronel Aureliano Buendía nunca dejó una foto

Llegó a ser comandante general de las fuerzas revolucionarias, con jurisdicción y mando de una frontera a la otra, y el hombre más temido por el gobierno, pero nunca permitió que le tomaran una fotografía.

Uno de los personajes pilares de la obra nunca dejó una foto para que le recordaran. De hecho su figura se perdió en la memoria del pueblo aún cuando él seguía haciendo sus pececitos de oro. Tenía alergia a las ganas de aparentar y aparecer que según él tenía todos los padres de la patria. 

José Arcadio Buendía descubre la daguerrotipia 

En verdad, José Arcadio Buendía estaba asustado la diáfana mañana de diciembre en que le hicieron el daguerrotipo, porque pensaba que la gente se iba gastando poca a poca a medida que su imagen pasaba a las placas metálicas [...] aunque nunca permitió que le hicieran un daguerrotipo porque (según sus propias palabras textuales) no quería quedar para burla de sus nietos.

La fotografía siempre es algo mágico, lo único capaz de detener el tiempo y de descubrir cómo son realmente las personas. No obstante, Melquíades es el que lleva el invento al pueblo después de abandonar a la muerte por no poder soportar la soledad. En cierta manera, aparecer en la fotografía es igual que morir y quedar para siempre detenido en tiempo, para mofa de los que vendrán después. Es curioso que la única foto de la familia sea un daguerrotipo, del que sólo hay una copia y en la que todos tienen que permanecer quietos para quedar registrados para la eternidad. Como curiosidad, José Arcadio Buendía quiso probar la existencia científica de dios a través múltiples exposiciones en su casa. Nunca lo consiguió, por eso la religión no entra en su casa. Él mismo destroza con su fuerza descomunal el laboratorio antes de terminar atado al castaño de la casa

El único recuerdo de Remedios es su daguerrotipo 

...y puso el daguerrotipo de Remedios en el lugar en que se veló el cadáver, con una cinta negra terciada y una lámpara de aceite encendida para siempre. Las generaciones futuras, que nunca dejaron extinguir la lámpara, habían de desconcertarse ante aquella niña de faldas rizadas, botitas blancas y lazo de organdí en la cabeza, que no lograban hacer coincidir con la imagen académica de una bisabuela.

El uso de la fotografía como única fuente de recuerdo para uno de los pocos personajes joviales y lejano de la melancolía y soledad de la familia, la pequeña Remedios, mujer del primer Aureliano, muerta por culpa de un mal embarazo de gemelos, alguien que seguramente podría haber cambiado el curso de la historia de la familia narrada por Melquíades hasta el final de sus días. Como veis, hay muchas cosas que hacen referencia a la fotografía en una novela que si todavía no la has leído, estas a tiempo para hacerle un homenaje al gran autor colombiano, Gabriel García Márquez.

FUENTE : AltFoto

Jeff Bridges fotografía sus rodajes en panorámico




Hoy les traemos estas geniales fotografías realizadas por Jeff Bridges entre toma y toma con una curiosa Widelux F8 de 35mm. Jeff nos ofrece estas fotografías lejos de esconderlas por una inquietud de compartir su vida de forma cercana por puro placer con unas imágenes de calidad extraordinaria. Podríamos contar con los dedos de una mano a los actores que toman fotografías la mitad de buenas que Bridges.


Jeff Bridges es uno de esos pocos actores que han conseguido hacerse famosos mundialmente por ser unos profesionales de los que ya no quedan y por generar con su actuación, algunos de los personajes más carismáticos de la historia del cine. Sin embargo, Bridges no es tan sólo un prolífico actor, sino que también le gusta fotografiar toda su vida con una Widelux F8 de 35mm, una cámara panorámica con la que el actor documenta su vida en los rodajes.


Según cuenta Bridges, "la Widelux es una amante inestable; el visor no es preciso, y no tiene enfoque, por lo que ese componente azaroso es una cualidad caprichosa. Me gusta. Es algo a lo que aspiro en mi trabajo —un momento de preciosidad que hace las cosas más humanas y honestas, una voluntad a recibir lo que está en el momento, y dejarlo ir. Salir de lo convencional es una de mis metas como artista." Y para este tipo de trabajos y filosofía, qué mejor equipo que una analógica panorámica, ¿verdad?

Jeff Bridges es un actor con seis nominaciones a los Oscar a sus espaldas que se llevó uno a Mejor Actor por su papel en "Crazy Heart". Sin embargo, viendo sus fotografías uno sabe que además de estar frente a un gran actor, también lo estamos ante un artista, no como Norman ReedusBridges no se ata a la clásica fotografía tanto en formato como en técnica; el uso de unas fotografías panorámicas encuadradas azarosamente pero de forma muy efectiva hace que además de actor, Bridges también sea un poco fotógrafo.

 

Todo este trabajo no queda en el archivo fotográfico del actor, que lejos de mostrarse celoso de su trabajo, lo comparte gustosamente, enseñándonos un pedacito del hermético mundo de Hollywood entre toma y toma y constituyendo un archivo tremendamente ilustrativo de la industria cinematográfica hollywoodiense.. Él mismo reconoce que "es fantástico ser reconocido por las personas que aman la fotografía".